Jóvenes y Política

Entusiasmo, inquiertud y dinamismo. tres características, entre muchas otras, que poseemos los jóvenes.
No me cabe duda la frustración para los organizadores y los más de 1.200 estudiantes secundarios en torno al IV Congreso Nacional De Líderes Secundarios, el pasado Lunes 24, cuando los principales invitados, Marco Henríquez-Ominami, Sebastián Piñera y Eduardo Frei, no asistieron apesar de haberse comprometido con semanas de anticipación definitivamente. No hubo error de cálculo. Piñera y Enríquez-Ominami coincidieron esa mañana en el Hogar de Cristo. Frei, o se reponía de su cicletada por Maipú el día anterior, o preparaba algún discursillo para "montar" en alguna cede de la Concertación con propósitos de congregar a los medios o lisa y llanamente, no quiso asistir al evento.
"Los jóvenes deben participar, el que se omita a votar el 13 de de Diciembre, se sumará a la inercia establecida en el pais", manifestó días antes en la realización del IV Congreso el más joven de los postulantes a La Moneda. Sin enbargo, la verdadera inercia, pareciera provenir de quienes desean obtener el máximo cargo de representatividad nacional al no plasmar la palabra empeñada.
La incoherencia entre discurso y gestión trae consigo consecuencias. Algo así como la 3ra ley de Newton "acción-reacción" aplicada a la democracia. Un 68% de jóvenes no está inscrito en los registros electorales (en los últimos tres meses solo se han suscrito 13 mil) y en la proxima elección 2 millones de jovenes simplemente no va a participar. ¿Ligereza, apatia o flojera? El desencanto no proviene de la política sino, del modelo que entregan quienes la ejercen.
El grupo humano entre 18 y 30 años es franco en el planteamiento de sus inquietudes y comprometido hasta los huesos, pero siempre y cuando se les tome en serio.